Personas

Diofanto de Alejandría (hacia 200/214-284/298)
Matemático griego.

Considerado "el padre del Álgebra"

Diofanto de Alejandría utilizaba la palabra aritmos para designar la incógnita de una ecuación. Su obra más conocida es una colección de 130 problemas, la mayoría de ecuaciones, titulada Aritmética. Diofanto introdujo símbolos para representar las cantidades desconocidas y, una abreviatura para la palabra igual. Esto fue un paso muy importante hacia el álgebra simbólica actual.

Se sabe poco de su vida, pero se conoce los años que vivió por el epitafio que aparece en su tumba, redactado en forma de problema.

EPITAFIO EN LA TUMBA DE DIOFANTO

¡Caminante! Aquí yacen los restos de Diofanto. 

Los números pueden mostrar,
¡oh maravilla!,

 la duración de su vida, 
cuya sexta parte constituyó la hermosa infancia. 
Había transcurrido una duodécima parte de su vida

 cuando se cubrió de vello su barba. 
La séptima parte de su existencia 

transcurrió en un matrimonio estéril. 
Pasó un quinquenio y, entonces,

 le hizo dichoso el nacimiento de su primogénito. 
Éste entregó su cuerpo y su hermosa existencia a la tierra

 habiendo vivido la mitad de lo que su padre llegó a vivir. 
Por su parte, Diofanto descendió a la sepultura,

 con profunda pena,

 habiendo sobrevivido cuatro años a su hijo. 
Dime, caminante, 

cuántos años vivió Diofanto

 hasta que le llegó la muerte. 

    

Niccolò Fontana (hacia 1500-1557)

Matemático italiano.

Conocido con el apodo de Tartaglia debido a su tartamudez, consecuencia de un golpe recibido en la cabeza durante su infancia.

Entre sus muchas aportaciones a las Matemáticas está el haber resuelto la ecuación cúbica:

x^3 + px = q

  

Paolo Ruffini (1765-1822)
Matemático y médico italiano. Desarrolló toda su actividad profesional en Módena, compaginando la Medicina y las Matemáticas.
Conocido, sobre todo, por la regla que lleva su nombre para dividir polinomios cuando el divisor es de la forma  x-a.

Évariste Galois (1811-1832)

Matemático francés.

Galois, además de un gran matemático, fue el prototipo del hombre apasionado y vital del Romanticismo.

A los 12 años, ya discutía sobre política y sobre arte con sus profesores y se entusiasmaba con los escritores románticos.

Su mayor deseo era estudiar matemáticas, así que se preparó para ingresar en la Escuela Politécnica. Pero, no consiguió aprobar y continuó sus investigaciones por su cuenta.

El matemático romántico